Myanmar: los efectos de la violencia política sobre la migración

Departamento Académico de Derecho
Lunes 12 de abril de 2021
21:30h

Por María Fernanda Rodríguez

Al inicio del año las fuerzas armadas birmanas orquestaron un golpe de Estado contra el gobierno democrático liderado por la presidenta Aung San Suu Kyi. En las semanas siguientes, la sociedad salió a manifestarse contra estas acciones. Sin embargo, las fuerzas armadas han respondido con violencia deliberada hacia los manifestantes; esto ya ha tenido consecuencias fatales, las cifras no son exactas, pero los medios estiman que han muerto entre 100 y 600 activistas y manifestantes. El aumento de la violencia política en las principales ciudades ha generado un desplazamiento interno; ante la violencia e inestabilidad, la población ha optado por abandonar sus hogares e ir a zonas, aparentemente, más seguras. Asimismo, la población ha comenzado a migrar hacia las principales fronteras.

 

Los habitantes birmanos han solicitado refugio, principalmente, en las fronteras con India y Tailandia. Por una parte, el gobierno nacional indio se ha negado a reconocer como refugiados a los birmanos que llegan hasta la frontera india; incluso, ha reconocido a la junta militar birmana como un gobierno legítimo, todo lo anterior para proteger sus intereses geopolíticos. En contraste, el gobierno tailandés ha recibido a las personas que solicitan refugio en su territorio. No obstante, desde el inicio del éxodo, el gobierno de Tailandia advirtió que no contaba con los recursos suficientes para acoger a un gran número de refugiados; asimismo, recientemente, se han reportado casos en los que las autoridade tailandesas piden a los solicitantes de refugio regresar a su país de origen, aunque las autoridades de Tailandia lo han negado.

 

Lo cierto es que los mecanismos de protección para refugiados en la región son precarios; los país de la zona no se han adherido a los mecanismos del derechos internacional de refugiados y, también, la legislación interna es limitada. La comunidad internacional se ha proclamado en contra del golpe de Estado y ha pedido que los países de la región acoger a los solicitantes de asilo; sin embargo, ante la importancia que representa Myanmar para los intereses geopolíticos, varios países han reconocido como legítimo al gobierno golpista y se han negado a pronunciarse respecto a la crisis de refugio que se está gestando en la región.