La restauración de la política “Permanecer en México”

Departamento Académico de Derecho
Lunes 30 de agosto de 2021
18:00h

Tamara Escartin 

Recientemente, la Corte Suprema ordenó restaurar la política migratoria de la Administración de Trump “Permanecer en México”, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras se lleva a cabo su proceso de petición en las cortes migratorias estadounidenses. Esto, sin duda, significó un revés para el presidente Joe Biden, quien había presentado una solicitud para impedir volver a restaurar dicha política migratoria, formalmente llamada como Protocolos de Protección al Migrante.

El programa tenía como objetivo evitar la llegada de inmigrantes a las fronteras estadounidenses. Según el ex- presidente Donald Trump, era “uno de los programas más exitosos e importantes para proteger la frontera”. Se estima que las llegadas de personas migrantes a EE.UU. han superado todos los récords establecidos en los últimos 20 años y la política migratoria de Trump, implementada desde enero de 2019, dejó alrededor de 70 mil migrantes en México esperando procesos de asilo.

Solo basta con ver las cifras para asegurar que esta política somete a los migrantes a condiciones peligrosas en las ciudades fronterizas mexicanas. No debemos olvidar que estas zonas son controladas muchas veces por el crimen organizado; miles de personas migrantes en todo el país quedan expuestas a secuestros, asaltos, violaciones, e incluso la muerte, y esta política migratoria lo único que hace es dejarlos en México a su propia suerte. Un estudio de la organización Human Rights First resalta que el 83% de todos los solicitantes de asilo que fueron regresados a los estados mexicanos fronterizos informaron haber sido víctimas de ataques o haber recibido amenazas en el último mes, según los datos de una encuesta realizada de junio a agosto del 2021. 

Respecto al papel de México en esta situación, es importante recordar que la decisión de la Corte Suprema no obliga al gobierno mexicano, ni tiene una implicación directa en la gestión migratoria mexicana. Cuando se implementó la política bajo la administración de Trump, el gobierno mexicano externó su deseo de cooperar con el programa por razones humanitarias. Por esas mismas razones, y tomando en cuenta el historial de cooperación con EE.UU., será de suma importancia que en los próximos días se lleve a cabo un diálogo con EE.UU. y se evalúen los posibles escenarios, sin olvidar que México no tiene los recursos suficientes para lidiar con tantos solicitantes de asilo.

La petición de Biden podrá ser nuevamente estudiada por la Corte Suprema, y en caso de ser rechazada, será importante revisar otras opciones. No olvidemos que las personas migrantes tienen derecho a buscar protección en EE.UU. y merecen un trato más humano. 

Es fácil designar un “tercer país” que reciba a todas estas personas migrantes que van en busca de una vida mejor; es fácil dejarlos a su suerte en un país lleno de violencia mientras esperan su proceso de asilo. Lo que no es fácil es experimentar lo que estas personas viven día a día en nuestro país; lo que no es fácil es huir todos los días del crimen organizado, que busca reclutarlos, secuestrarlos, extorsionarlos o matarlos.