El grupo más vulnerable: los niños migrantes

Departamento Académico de Derecho
Jueves 7 de octubre de 2021
15:00h

Tamara Escartin

El fenómeno de la migración es cada vez más latente en nuestro país. “'Muro' en la frontera sur de México pone a migrantes en la mira del crimen”, “Rompen récord las solicitudes de asilo”, “El puente entre México y Estados Unidos bajo el que duermen más de 10.000 migrantes”. Estos son los títulos que encontramos todos los días en los periódicos, sin embargo, nos seguimos haciendo de la vista gorda; seguimos siendo indiferentes ante la situación que viven miles de personas migrantes en nuestra región. El recorrido que hacen estas personas en busca de una mejor forma de vida desde el sur hacia el norte de México es complicado, quedan expuestos a la violencia de nuestro país y a ser víctimas de secuestros, trata de personas, extorsiones y homicidios. La situación económica y los conflictos sociales hacen que familias centroamericanas salgan de sus países de origen, volviéndose cada vez más grandes las caravanas migrantes, e incluso, rompiendo récords en los últimos meses. Desgraciadamente, los niños migrantes son el grupo más vulnerable. 

El número de niños migrantes en México ha crecido desde el inicio del 2021, pasando de 380 a 3500 en tan solo tres meses. UNICEF acentúa que este grupo representa al menos 30% de la población migrante, y la mitad de ellos viajan sin sus padres. Estas no son las únicas cifras alarmantes, el reclutamiento por parte del crimen organizado se ha triplicado también en los últimos 15 años. Además, la situación de los menores se ha visto agravada por el COVID-19. 

La situación de los niños migrantes y la protección de sus derechos humanos es una preocupación que debería de estar en la agenda de nuestro país. Al estar en proceso de formación y desarrollo, mantienen una relación de mayor dependencia con otras personas, presentan necesidades especiales, son más suceptibles a ser víctimas de violencia, trata de personas y abuso sexual, y quedan expuestos a agresiones de las cuales no pueden defenderse solos. Sin embargo, las autoridades mexicanas no cuentan con las medidas necesarias para darles la protección y atención que requieren. Asimismo, las políticas públicas relacionadas al derecho a la educación (establecido en el Art. 3 de la CPEUM y en las obligaciones adquiridas en instrumentos internacionales y regionales por parte de nuestro país) no son suficientes, pues no permiten que los niños migrantes detenidos por las autoridades reciban educación básica. 

El mundo, y en especial México, tiene una deuda enorme con la infancia. La situación en la que quedan atrapados miles de niñas y niños es sumamente difícil, pues son los más vulnerables a cualquier tipo de injusticia. Es de suma importancia que las autoridades mexicanas establezcan políticas públicas que protejan a las niñas y niños, que les garanticen un trato digno y que les otorguen sus derechos humanos: el de la salud, la educación y todos los que están establecidos en las normas nacionales e internacionales.