Desarrollo y migración como el huevo y la gallina

Departamento Académico de Derecho
Jueves 11 de febrero de 2021
15:30h

Daniela Guevara

 

El significado de la palabra desarrollo es constantemente impugnado, pero a grandes rasgos puede definirse como la extensión de las libertades que las personas gozan. El existente debate sobre la relación entre el desarrollo y la movilidad humana trae a la memoria la famosa pregunta sobre el huevo y la gallina, ¿quién fue primero? O, mejor dicho, ¿cuál produce a cuál? Las distintas consideraciones, ya sea que la migración promueve el desarrollo o el desarrollo promueve la migración, han sido un pilar para la elaboración de políticas migratorias alrededor del mundo.

 

Gran parte de esta discusión presenta dos argumentos. El optimista: que declara que la migración lleva crecimiento y prosperidad a los países de origen y destino (brain gain). Y el pesimista: que expone que la migración obstaculiza el desarrollo al limitar los recursos financieros y humanos de los países de origen (brain drain). Si bien ambos puntos de vista han oscilado de un lado a otro en distintas épocas, hay observaciones que deben ser señaladas.

 

El emigrar de sus países ha permitido a familias y comunidades alrededor del mundo mejorar sus propios destinos. No obstante, esto no significa que la migración por sí sola pueda poner en marcha procesos de desarrollo económico y humano a nivel nacional. Dentro de cada país existen condiciones generales de desarrollo fundamentales que las personas no pueden cambiar. En algunos países se utiliza a la migración como una válvula de seguridad política para reducir desempleo, la agitación política y la pobreza. De esta manera, la migración se vuelve un instrumento para aminorar la presión y urgencia de reforma estructural.

 

¿Entonces qué va antes, el desarrollo o la migración? Se desconoce. Lo que eventualmente pasará depende de la situación política y económica de los países de origen y las posiciones que los migrantes desempeñen en los países de destino. Si el país de origen ofrece esperanza de progreso, seguridad legal, estabilidad económica, combate a la corrupción, entre otras cosas, se alentará a los migrantes a regresar e invertir en el país. Más aun, si esta reforma política ocurre y la confianza en el gobierno aumenta y el crecimiento económico empieza a despegar, es posible que la migración desempeñe el papel positivo imaginado por los optimistas de la migración.