Los efectos de la pandemia
Por María Fernanda Rodríguez
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reporta que durante 2020 había aproximadamente 80 millones de personas desplazadas. Asimismo, hasta 2021, hay aproximadamente 231 millones de migrantes internacionales y 26 millones de personas refugiadas. La pandemia por el Coronavirus (COVID-19) no ha detenido los flujos migratorios a nivel internacional. Incluso, la pandemia ha empeorado las condiciones de vida para muchas personas. Así, las poblaciones más vulnerables se han visto especialmente afectadas por este suceso. En este caso, los migrantes y refugiados se encuentran principalmente desprotegidos.
La situación de las personas migrantes en tránsito se ha visto afectada por las medidas que han tomado los países frente a la pandemia. Los Estados, con el objetivo de reducir el riesgo por contagios, han cerrado las fronteras terrestres. También, aunado a lo anterior, los gobiernos han implementado restricciones a los viajes. Por otra parte, varios gobiernos han puesto en práctica medidas migratorias que afectan los derechos legales de los migrantes; deportaciones inmediatas, negar el derecho al refugio. En materia de derechos humanos, varios gobiernos se han desentendido de sus obligaciones con la población migrante; en los centros de detención e, incluso, en los campos de refugiados, las personas viven condiciones precarias que se han exacerbado ante la situación sanitaria.
El ACNUR, ha priorizado la ayuda a refugiados; trabaja en conjunto con los Estados para proteger los derechos de las personas refugiadas en todos los ámbitos posibles. También se han implementado medidas sobre los sistemas de salud, sobre todo en países de ingreso medio y bajo; pues, generalmente, son estos países los que reciben solicitantes de asilo. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) también busca implementar un plan estratégico para los países que necesiten ayuda, sin embargo, los esfuerzos no han sido suficientes. Lo cierto es que, ante la emergencia sanitaria, es necesario que los Estados prioricen a las poblaciones más vulnerables y hacer frente a los retos en materia migratoria con base a los derechos humanos.