El Triángulo Norte de Centroamérica: El refugio por motivos de género
Por María Fernanda Rodríguez
La globalización, los conflictos, las crisis económicas y, más recientemente, la crisis por el coronavirus (COVID-19) han afectado la configuración de la movilidad humana en todo el mundo. En América Latina, el Triángulo Norte de Centroamérica es una región conformada por Guatemala, Honduras y El Salvador; en esta área persiste la pobreza y el conflicto, y muchas veces el Estado es incapaz de cumplir sus funciones. Estos problemas agudizan la precariedad de las condiciones en las que viven los ciudadanos de la región; es por eso que, cada año, miles de personas deciden migrar. Asimismo, la violencia de género es un problema que afecta a las mujeres todos los días. La desigualdad económica, la impunidad, la violencia generalizada y la cultura machista agravan la situación en la que viven las mujeres en estos países; constantemente mujeres adultas, adolescentes, e incluso niñas, se ven obligadas a abandonar sus hogares con la esperanza de encontrar un lugar en el que puedan vivir libres de violencia.
Las personas que se ven obligadas a marcharse, muchas veces, buscan el reconocimiento como refugiados por parte de otros Estados. Primero, el refugio es un derecho de todas las personas; los refugiados son personas que huyen de la violencia, la guerra y condiciones que ponen en riesgo su seguridad y sus vidas. En el caso de las mujeres, las altas de tasas de homicidios, los feminicidios, la violencia doméstica y la violencia sexual son razones suficientes para que las mujeres de esta región soliciten asilo por motivos de género. Los principales países de destino, regularmente, son Estados Unidos de América y México. Ambos países reconocen la importancia del refugio y, casi siempre, se reconoce el refugio por motivos de género. No obstante, ante una cultura machista integrada a las instituciones de los países; las mujeres, regularmente se ven en desventaja y sufren violencia estructural. Es necesario que los países de tránsito y destino, como México y EE. UU., reformen el sistema migratorio y trabajen en conjunto para mejorar la situación de las mujeres solicitantes de asilo y refugiadas.