Crisis migratoria centroamericana: ¿Qué hacer?
Paula Buendia
Ricardo Zúniga, enviado especial de Estados Unidos al triángulo norte centroamericano, comprendido por los países de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, enfatizó la necesidad de atender las causas fundamentales de la migración en esta región. Señaló que desde el 2009, alrededor del 1% de la población de estos países migra de manera irregular hacia el norte. Enfatizó: “No hay absolutamente ninguna posibilidad de abordar y resolver esta dinámica a menos que creemos empleos en Centroamérica”.
Según parece, la línea política que Zúniga manejará será la de la de la mitigación de los flujos migratorios mediante la atención a sus causas fundamentales. Se ha dado un papel esencial al desarrollo económico de la región como medida de solución y se destacan las oportunidades comerciales que los países del triángulo norte centroamericano pueden representar para el sector privado. Zúniga declaró: “Debemos pensar en Centroamérica como un socio comercial”. A la fecha, el valor del comercio bidireccional entre Estados Unidos y Centroamérica es de 57 mil millones de dólares.
Por otro lado, la recién nombrada embajadora, subrayó la necesidad de expandir las cadenas de valor regionales entre México, Estados Unidos y Canadá también a Centroamérica. Una integración regional en sectores como el turismo o la manufactura podrían ser muy beneficiosos para la región al generar y facilitar oportunidades económicas y de desarrollo de ciertas industrias.
Como reflexión, merece la pena considerar la viabilidad de programas de migración temporal. Uno de los mayores retos de la dinámica de movilidad humana en los países del Triángulo Norte y México es la alta incidencia de migración irregular. Esto implica que una gran proporción de las personas que emigran no son contabilizadas, por lo que no hay datos claros sobre su demografía, características o motivaciones. Además, las personas son expuestas a todo tipo de peligros y violaciones a derechos humanos cuando el trayecto se hace de manera ilegal. Los programas de migración circular podrían generar dinámicas más seguras y ordenadas, al mismo tiempo que ayudan a evitar los riesgos de la migración irregular. Estos planes pueden generan un impulso importante en la economía centroamericana, fortaleciendo la región y atenuando los factores de expulsión.