Tras visitar Siria, Filippo Grandi hace un llamado a la comunidad internacional a brindar apoyo a los refugiados sirios
Daniela Chahin Cortés
El pasado 12 de octubre, el Alto Comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi, realizó una visita a Talbisa en la provincia de Homs, donde se encontró con desplazados internos y retornados de Líbano. Durante su encuentro, las familias se mostraron "agotadas" tras pasar "años de sufrimiento". Ante la inhumana situación a la que se enfrentó, Grandi mencionó que “incluso cuando el ACNUR ayudó a algunas de las familias a instalar puertas y ventanas en sus casas parcialmente dañadas, seguían necesitando agua y electricidad y siguen necesitando escuelas y hospitales, poder ganarse la vida”. De acuerdo con el Alto Comisionado, esto es un imperativo humanitario.
De acuerdo con Human Rights Watch, actualmente hay 6.6 millones de sirios que buscan refugio en los países vecinos. Sin embargo, después de un largo y peligroso viaje, muchas familias refugiadas han sido obligadas a retornar. Pero esta situación va más allá de los países vecinos. Ante los recientes actos del gobierno danés, al considerar a Siria como un país seguro, cientos de refugiados han sido retornados. Antes de que esto ocurra, muchos han salido huyendo; se ha generado un éxodo masivo a Holanda y Bélgica. Esta situación es alarmante. Muchos países han decidido cambiar la clasificación de Siria a un país seguro, sin embargo, los recientes acontecimientos y actos del gobierno sirio demuestran lo contrario. Al regresar a Siria la mayoría son arrestados arbitrariamente, torturados e incluso asesinados. La violación a los derechos humanos continúa. De acuerdo con lo presentado por Nadia Hardman, investigadora de Human Rights Watch sobre derechos de refugiados y migrantes, "las desgarradoras historias de tortura, desaparición forzada y abuso que soportaron los refugiados que regresaron, dejan claro que Siria no es seguro para retornar".