¿Siria ya es seguro para vivir?

Por Daniela Chahin Cortés 

A pesar de que Dinamarca no ha reiniciado sus relaciones diplomáticas con Siria, ha cambiado su posición respecto a la seguridad del país. El pasado marzo de 2021, la primera ministra danesa estableció que Siria era un país seguro para vivir bajo el Gobierno de Bashar al Asaad. Este cambio de estatus genera grandes consecuencias para aquellos refugiados en el territorio. Primero, se posibilita la revocación de los permisos de residencia a las familias de refugiados. Segundo, se estableció la no renovación de permisos de estancia para los solicitantes de asilo. 

Estos cambios han devenido en grandes problemas para los refugiados. De acuerdo con el Monitor de Medio Oriente, "la clasificación de Siria como país seguro supuso la retirada de los permisos de residencia a 94 refugiados sirios en una sola semana, en abril, y más de 1.200 procedentes de la ciudad de Damasco se habrían visto directamente afectados." Ante esta situación de gran inestabilidad jurídica, antes de ser deportados, muchos sirios han decidido huir hacia Países Bajos y Bélgica buscando protección. Lo que les llevó años construir en Dinamarca se les ha arrebatado; nuevamente han dejado sus vidas atrás.

Después de 10 años en guerra, parece que la comunidad internacional ha decidido retomar lentamente sus relaciones con Siria. Aunado al cambio de postura de Dinamarca sobre el estatus de seguridad en Siria, la semana pasada, el rey de Jordania, Abdalá II, estableció una llamada con el presidente sirio. Asimismo, la aerolínea jordana reanudó sus vuelos a la ciudad de Damasco y Alepo. Esta situación parece irónica; los ataques contra la población no han cesado. El pasado 10 de octubre murieron seis sirios a causa de una explosión en el cantón de Afín. La población sigue experimentando un estado de emergencia. ¿Será que el país escandinavo solo está buscando la manera de no corresponder de manera humanitaria ante el conflicto?