¿Detener la migración, o agravar el problema?
Por: Oscar Reyes Guzmán
“Como ustedes están viendo, la mayoría son gente joven, es gente pobre, es gente necesitada”, tales son las palabras de un migrante nicaragüense el cual, como muchos otros migrantes procedentes mayoritariamente de Haití, Venezuela y Centroamérica se han encontrado a la deriva durante meses en Tapachula, Chiapas, hasta el día que se está escribiendo esto, 30 de agosto. Días antes (el 27 de agosto), el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, afirmó que las Fuerzas Armadas tienen el objetivo de “detener toda la migración” a través de diversos operativos, sin embargo, ¿a qué se refiere realmente con el término “detener”?
Con el regreso del programa “Permanecer en México” propuesto por Donald Trump, — el cual consiste en que las personas que entraran ilegalmente o sin documentación adecuada a Estados Unidos, serían enviadas a México para esperar la resolución de sus trámites migratorios—, la situación se ha convertido en una pesadilla para los miles de migrantes atrapados fuera de Estados Unidos bajo condiciones peligrosas. Y mientras tanto, en México, se vive una ola migratoria récord, la cual capta, según el Instituto Nacional de Migración (INM) a casi 382,000 ingresos irregulares; bajo un contexto tan crítico, el presidente de la nación mexicana ha prometido ayudar al país vecino en todos los asuntos migratorios pertinentes, con un modo de actuar que podría parecer dudoso para cualquier organización que vele por los derechos de los migrantes.
El mensaje político que se ha emitido respecto a la situación de los migrantes atrapados en México indica que se ha procedido con todas las medidas legales y humanitarias necesarias para proteger los derechos humanos y las necesidades más básicas de los migrantes. Mas los hechos demuestran que el método utilizado por el ejército mexicano para “detener” las migraciones son solo un reflejo de la dura realidad de los desplazamientos forzosos que miles de personas deben de enfrentar.
Por lo que se retoma la pregunta planteada al inicio a raíz de la postura manifestada por el secretario Sandoval. Se han publicado varias imágenes que muestran a elementos de la Guardia Nacional bloqueando una caravana, llevando en brazos a niños y empujando y pateando a varios migrantes, mientras que estos últimos, desesperados intentan abrirse paso para llegar a la localidad de Huixtla. Estas contenciones agresivas son solo la parte más superficial del enorme problema que es la crisis migratoria generada por el programa expuesto anteriormente; con México “conteniendo” los movimientos migratorios y Estados Unidos envuelto en la incertidumbre por la reimposición del programa expuesto con anterioridad, los verdaderos afectados solo son los migrantes.
Viviendo en malas condiciones, sufriendo agresiones por parte de las autoridades y teniendo que esperar por una resolución de trámites migratorios, así es el infierno de los migrantes asentados en Chiapas. Más allá de “rescates humanitarios” por parte del gobierno, y sobre todo, lejos de caer en el ojo de una opinión popular masiva que solo genera más confusión, es necesario plantearse la pregunta: ¿dónde está el plan económico propuesto por los gobiernos involucrados para aliviar no solo esta crisis migratoria, sino todos los movimientos que han aparecido desde hace años? ¿Dónde está el apoyo político y económico para crear cambios estructurales que no fuercen a las personas a abandonar su país de origen y someterse a condiciones tan peligrosas? Más allá de dar un trabajo a los migrantes, sería mejor el dar oportunidades equitativas.